Un festival de endogamia, no egipcio


El 20 de abril de 1915 se casan en Montes de Oca Luis Belottine Vaivetti, natural de italia, de 27 años (nacido c. 1888),  con Margarita Pautasso, argentina, de 24 años (nacida c. 1891).
Luis era hija de Pedro Belottine y de Antonia Vaivetti, ambos de nacionalidad italiana.
Margarita era hija de Antonio Pautasso y de Catalina Berta, ambos también naturales de Italia.
Los testigos de la boda fueron Fidel Vaivetti, de 41 años, natural de Italia y domiciliado en Montes de Oca y Maria Pautasso, natural de Italia, de 41 años, domiciliada en Rosario.
El que aparece como Fidel Vaivetti no es otro que el esposo de la nona Benedetta, hija de Luigi Vaieretti, hermano mayor del bisabuelo Gerónimo Vaieretti. En realidad, el apellido de Fidel era Vairetti. De cualquier modo, hay todo un tema con la escritura correcta de este apellido así como hubo todo un tema también respecto de si Fidel y Benedetta, siendo ambos Vairetti o Vaieretti eran o no eran parientes. En realidad, en la familia y aledaños, siempre se dijo que no.
Pero hete aquí que, hallada el acta de matrimonio, la duda da lugar a la certeza.
Fidel Vairetti se casa con Benedetta Vairetti un 4 de noviembre de 1899 en Las Rosas. Fidel tenía 27 años y Benedetta, 19. Ambos habían nacido en Italia.
Fidel era hijo de Andrés Vairetti y de María Velatini, mientras que Benedetta era hija de Luis Vairetti y de María Tavelli, todos naturales de Italia.
En ese acta leemos que contraen matrimonio Fidel y Benedetta "habiendo sido dispensado el impedimento de consanguinidad en el 2° grado con el 3° colateral", lo cual nos dice que Fidel y Benedetta compartían un ancestro común que entendemos sería el abuelo de Fidel y del padre de Benedetta (Luis), lo que haría que éstos fueran primos y que Fidel fuera un tío en segundo grado de Benedetta. Si alguien disiente con esta interpretación, se agradece  la corrección que se nos haga.
Los cruces entre los Vairetti, Vaieretti y Vajeretti son de lo más abundantes y complicados. El caso de Benedetta con Fidel es sólo uno de tantos y no desentona con el resto del árbol al que marido califica de "un festival de endogamia".  Y, aunque la expresión no sea demasiado feliz, no está lejos de tener algo de razón, porque a estos cruces hay que sumarle los de los Nova con los Marchetti y los Vairetti/Vaieretti  y con los Pautasso, los que vuelven a estar cruzados con los Belottini, así como con los Palmero, los que alternan orden de apellido paterno - materno con los Vairetti/Vaieretti y con los Nova, sin descontar los entrecruces con los Micheloni, sosteniéndose esta política familiar en fechas relativamente recientes, aún en el caso de los Giuliano con los Vaieretti y de los Vaieretti entre sí.
Les digo: más allá de consideraciones de otra naturaleza, les puedo asegurar que es muy difícil graficar un árbol genealógico de estas características.

El papá de Orestes Giuliano

Ha pasado un tiempo y cuando pasa un tiempo, medio que cuesta retomar el hilo. Se hace difícil recordar desde el usuario y la clave para entrar al blog, hasta los pendientes de las búsquedas y de los encuentros.

Búsquedas hay pendientes un montón, porque con cada paso que uno da para adelante se hace más difícil avanzar la cuesta arriba y  porque, al mismo tiempo, los hallazgos son cada vez menos frecuentes.

Pero para dar y darme algo de aliento nuevo, aquí tengo un hallazgo, algo viejo, para compartir. Uno que por esas cosas de la vida cotidiana había quedado para mejor oportunidad de publicar, la cual recién hoy se digna hacerse presente.

Aquí va.

De los cuatro hijos recordados de Gio Battista Giuliano, el primero nacido fue Chiafredo -Chaferlín- Giuliano.

Para que los familiares lectores se ubiquen en el árbol, estamos hablando del que fuera padre de Orestes Giuliano y abuelo del Flaco Orestín, éste último un primo que cualquiera quisiera tener de primo, con una hija que es fiel reflejo de su papá, con una sonrisa amplia, dulce y serena la cual todavía no logramos determinar de cuál de los ancestros han heredado.



Digresión superada, continuamos diciendo que, como de documentos no disponemos, del nacimiento de Chaferlín lo único que sabíamos con relativa seguridad es que habría sido el primogénito de mi bisabuelo en su matrimonio con su primera esposa, Maria Giuliano. En cuanto al año aproximado de nacimiento no teníamos idea, hasta que nos encontramos en Geneanet con un trocito del árbol genealógico correspondiente a la familia de Raúl Bertone.

En este árbol aparece Lucía Bertone, esposa de Chaferlin.

Al margen -aviso que se viene otra digresión...-, produce una emoción rara cuando uno encuentra en el árbol de otro a sus antepasados. Es como que uno se pone contento pero al mismo tiempo toma contacto con una realidad impactante cual es, darse cuenta de que los antepasados de uno no son sólo de uno. Esto que parece obvio parece también no serlo tanto. En la gente produce reacciones de lo más diversas que van desde el que ante el encuentro está convencido de que ha ganado un pelotón de primos en barata, hasta el que siente que alguien está haciendo uso indebido de sus antepasados al ponerlos en un árbol ajeno.

Como sea, en este árbol de Raúl Bertone aparece Chaferlín con Lucía y todos sus hijos. Y un dato: el año estimado de su nacimiento. 1879. Para evitar una nueva ruptura del hilo en este relato, otro día les cuento las vicisitudes que padeció Raúl cuando, en nuestro primeros intentos de incorporarlo al árbol en Geni, terminamos sumándolo como la propia Lucía, a la que no podíamos luego hacer figurar como fallecida en la medida que Raúl había aceptado la invitación como si fuera ella y con una dirección de correo electrónico impropia para un difunto.

Gajes del oficio de aprender a usar programas genealógicos sin enfadarse con la familia y sin hacer que los ancestros se enfaden con uno.

Siguiendo el relato, o intentándolo, es increíble como, cuando al fin se encuentra un dato, automáticamente se dispara la maquinaria y uno empieza a ensamblar ese dato con otros datos que tiene en la cabeza -o en los papeles. Leyendo 1879 recordé que ese había sido el año en que a Gio Battista, el papá de Chaferlín, le habían expedido el certificato di buona condotta en Villafranca Piemonte, fechado en el mes de setiembre de ese año.
Con lo cual, si daba por cierta la información consignada en la planilla censal correspondiente al Primer Censo de la Provincia de Santa Fe del año 1887 (en el que Chaferlín aparece como nacido en Santa Fé, Argentina, y con 8 años), estaba semi confirmando dos cosas: por un lado, que era de nacionalidad argentina y no italiana, como parte de la familia aún supone y, segundo, que no encontrándolo nacido en el Pueblo de Montes de Oca (al menos no encontrándolo entre los Bautismos de la Parroquia de Nuestra Señora de la Merced), tenía que haber nacido en alguna parte del trayecto de la familia ya desembarcada en la Provincia y nuestro Pueblo.

A partir de ahí, todo fue cuestión de afinar el ojo (o la lupa) y empezar a sumar. Nótese que nada nos resulta fácil y nótese que en el citado censo la familia aparece censada bajo el apellido Julian. Bajo qué apellido y dónde aparecería registrado, entonces, el nacimiento de Chaferlín?

Para estas circunstancias, nada mejor que un mapa, y nada mejor que algo de conocimiento histórico para poder reconstruir el derrotero de los antepasados. En el caso, desde el desembarco hasta Colonia Caracciolo. Ayuda de Dios mediante, y de esta gente que trabaja para Family Search como voluntarios, digitalizando e indexando libros y registros en todo el mundo, dimos -al menos creemos tener buenas razones para considerar que de él se trata- con el bautizo de Chaferlín, documento que ahora compartimos con la familia.


Para todos, entonces, nada más contarles que Chaferlín fue bautizado en la Capilla de San Francisco de la Concepción, Distrito de Totoras, un 20 de enero del año 1880, figurando como fecha de nacimiento el 3 de diciembre del año 1879.

Por tanto, no podemos menos que imaginar a Maria Giuliano, en alta mar, con su panza de más de 6 meses, cercana a dar a luz ni bien desembarcara en suelo argentino.

Mis respetos a María: yo no sé si hubiera sido capaz de hacer lo que vos.