La conexión Gornik

Como una cosa lleva a la otra pensé: ya que mencionamos a Kegahl, podríamos decir un par de cosas más sobre él, que no será mucho, pero al menos es algo.
Allá por los cincuenta, el Estudio de Henry Kegahl era uno de los dos estudios fotográficos - artísticos más importantes de Buenos Aires. El otro era el de la Señora Annemarie Heinrich, fallecida en 2005.
Por alguna razón, el trabajo de la Heinrich se mantuvo más presente en la memoria colectiva, que el de Kegahl. Quizá sea porque él falleció antes; quizá porque no hizo fortuna: hasta donde sé, Kegahl murió pobre, pero con el mérito de haberle brindado a muchos, fotografía a crédito y aún gratis, y un plato de comida caliente y un lugar donde dormir, si así también lo necesitaban.

Ya grande tuve oportunidad de visitar el que fuera su estudio, ubicado sobre Avenida de Mayo, de este lado de la 9 de Julio. Para entonces, funcionaba en el lugar una casa de ropa sport marca OGGI, atendida por la que fuera su Señora, Olga Masa, y el hijo de ambos. Pese a la amabilidad y el cariño con el que me atendió la Señora Masa, recordando otros tiempos, de entrada sentí como que era inadecuado no encontrarme con Kegahl y su estudio fotográfico, en funcionamiento. Tanto me habían hablado de él y de ese estudio... y ya no estaban.

Sé -siempre por mi papá- que antes de dedicarse a las artes, Kegahl se desempeñó como corresponsal de guerra, durante el conflicto del Chaco paraguayo. Allá por los treinta.
Viendo su foto, uno se pregunta qué hacía ese hombre en medio de una guerra.

El caso es que Kegahl, además de corresponsal bélico y fotógrafo de artistas, era medio hermano, por parte de madre, de un pintor de renombre, que hoy pocos recuerdan: Erik Gornik.

Para la época en que mis papás frecuentaban el estudio de Kegahl, en el cincuentra y cuatro, Gornik estuvo un tiempo en Buenos Aires, visitando a su hermano. Cuando Gornik venía a Argentina, lo hacía mayormente para dirigirse al Sur, pintar nuestros paisajes, pescar e instruir a otros en el arte de la pesca con mosca. En el Sur se lo recuerda más por esto último, que por sus pinturas.

Hasta donde he podido averiguar, Gornik había nacido en Austria. Kegahl, no sé.

Es increible, pero la única conexión entre estos dos personajes la he encontrado en el sitio www.masoportunidades.com.ar: alguien exhibe para la venta, un ejemplar de Poliritmos de Ternuras y de Sangre, de Tito Martella, que ha dado la casualidad, tiene pinturas de Gornik y composición fotográfica de Kegahl.

No serán parientes nuestros, pero les estaba pasando lo mismo que a mi bisabuela Marconetto y a sus hermanos: Kegahl y Gornik corrían peligro de que nadie los recordara, al menos no como hermanos que fueron.

Sobre los detto Buneva (segunda parte)

Estoy en deuda con los Buneva, en un sentido genealógico y en uno más específico: contarles un poco respecto del por qué de su detto.
Este sopranome acompaña a los Giuliano desde sus días en Saluzzo, allá por el 1700. No sabemos exactamente cuál Giuliano fue el primero en agregar a su apellido esta distinción. Lo que sí sabemos es que en la consegna del sale de 1721 aparece en Via di Pagno, Saluzzo, un Tommaso Giuliano detto Boneva fu Chiaffredo.
Sabemos que estos agregados a los apellidos tenían por propósito distinguir a familias con el mismo apellido que no se reconocía como parientes... Pero: ¿por qué detto buneva?
La historia cuenta que un forastero pasó por los pagos de estos Giuliano y pidió agua para beber. En lugar de esto, los Giuliano le convidaron vino. El forastero, luego de aceptar el convite y bebido el vino, se fue muy satisfecho, comentando a todos que en casa de estos Giuliano se tomaba una muy buena agua (bun eva)... Así las cosas, nuestros Giuliano pasaron a diferenciarse de otros Giuliano ajenos a la familia, por compartir el vino.
La anécdota se refuerza con el dato que, promediando el siglo XVIII, encontramos Giulianos trabajando en la zona de Vigne (coltivato a viti e posto in collina) de Saluzzo.

Quizá los Giuliano venían encargándose de viñas desde mucho antes y esos Giuliano lo que hicieron fue encontrar un buen modo de promocionar su producto. O no. Quizá convidaron vino, simplemente, porque les gustaba compartir lo bueno de lo que disponían.

Hoy día encontramos esto de los sopranome funcionando casi a la perfección en Montes de Oca. Si bien el detto buneva casi se pierde con mi bisabuelo, fue gracioso enterarme de que viven en el Pueblo Giuliano que siguen siendo llamados "Giuliano Nero" para distinguirlos de nuestros Giuliano.
Los Giuliano Nero son Giuliano, pero no Giuliano detto Buneva.

Ella, la artista


Mi abuela Vaieretti tenía gran sentido del humor y un espíritu siempre en alto. Le gustaba cantar, disfrazarse y actuar. Era como una gran comediante, pero reservada al ámbito de la familia y de los amigos.
Pese a sus orígenes italianos del norte, tenía un buen look español que sabía explotar inteligentemente, pintados los labios de rojo oscuro y recogiendo el cabello en largas trenzas entrelazadas.
Será por esto que mi mamá salió artista. Igual que mi abuela, siempre se disfrazaba; de pequeña no había festejo del Pueblo que no tuviera su participación, ya como angelito, ya cantando en el coro o actuando en las veladas de la Iglesia.
No había película de Hollywood que ella se perdiera (en ese momento Montes de Oca contaba con sala cinematográfica) y no había atuendo que usara Rita Hayworth que no inspirara la realización, por propia mano, de algún modelito para las ocasiones del Pueblo.
Era natural que este proceso desembocara en múltiples participaciones para aspirar a reinados, como era natural que las mismas terminaran favoreciéndola con gran reconocimiento. Mi madre era y aún es, una mujer bella, con gran personalidad y buenas dotes artísticas.
Lógicamente, estas características debían ir acompañadas, en la época, por un espíritu transgresor, o al menos, de avanzada. Si no fue la primera, debe haber estado entre las diez primeras mujeres en usar traje de baño de dos piezas en Argentina, situación por cierto agravada al ser lucido en un Pueblo que, al día de hoy, ronda los tres mil habitantes.
El tránsito de Nelly damita joven en la Compañía de Bernardo de Bustinza (respecto del cual aprovechamos la ocasión para recordarlo y homenajearlo, sin perjuicio de comprometernos a dedicarle otro post en este espacio) a Vedette del Maipo representó -a más de un fenómeno cuasi meteórico y un gran motivo de orgullo para su padre y madre- un suceso conmocionante desde lo local.
Mientras escribo esto pienso cómo los sueños de las personas determinan, de un modo u otro, el devenir de los acontecimientos. Gracias a su sueño, mi madre termina conociendo al que sería mi padre, también nacido en Santa Fé (Villa Cañás). Pero termina conociéndolo en el estudio fotográfico Kegahl-Masa, donde mi papá concurría a sacarse fotos como modelo publicitario de Palmolive y para las fotonovelas 'Idilio', entre otras participaciones.
Desde esa perspectiva, toda la conmoción local y todas sus ulteriores derivaciones, cumplieron un propósito y, ciertamente, redudaron en mi beneficio: la existencia.

Como parientes: el caso de Giacomo Ganza


Tengo un primo que siempre nos dice: "los aprecio, no porque sean parientes, sino como personas".
He hecho esfuerzos, pero nunca he podido llegar a entender a fondo esta frase.
Debe ser porque mi cabeza y mi corazón funcionan a la inversa: hay personas a las que las quiero como si fueran parientes. Porque las siento parientes, aunque no lo sean. Porque me encantaría que lo fueran. Porque pienso que tendrían que ocupar el lugar especial de compartir lazos tan fuertes, como los de sangre. Tal cuando uno dice "es un hermano para mí".
Como Giacomo, que apareció en mi vida cual pequeño ángel de internet, arrojando luz allí donde yo necesitaba ver.
Que, con un correo electrónico, me devolvió ese retrato de Gerónimo Vaieretti que había estado en la familia y ya no está. Que con sus mensajes me devolvió una parte de mi historia, casi sin conocerme.
Estaría honrada si Giacomo fuera parte de mi familia.
Pero a mi familia la quiero, por ser familia. Es el lugar especial que le corresponde a cada uno en el mundo. Los lazos de sangre no se pueden menospreciar ni ignorar porque, al hacerlo, nos estamos menospreciando e ignorando a nosotros mismos.
Somos parte de una familia y nos definimos a partir de ella y de cómo nos relacionamos con ella. Por lo menos, así lo veo yo, como decía Guillermo Nimo.

La imagen que ven corresponde a Villa di Tirano, dónde vive Giacomo.

Los que llegaron a una tierra de promisión, de paz y de trabajo


Mientras sostenemos con cuidado un ejemplar de Juventud, periódico local de la Comuna de Montes de Oca fundado a comienzos de los treinta, pensamos: qué mejor modo de presentar a los primeros colonos, fundadores de este Pueblo, que compartir con ustedes una de las "Semblanzas", incluida en la edición correspondiente al 20 de junio de 1943:
"...Cuando nos quejamos de la soledad y de la falta absoluta de diversiones; de la languidez en que transcurren los días grises y opacos del invierno, debemos hacer un análisis retrospectivo y tener una recordación admirativa para los esforzados primeros colonos, que con más corazón que equipaje vinieron a esta tierra de promisión, donde levantaron sus hogares, bendiciendo la tierra hospitalaria que los acojería benévola y fecunda.
Aquí abrieron los surcos fecundos, en cuyas profundidades germinaron las semillas que luego se transformarían en el dorado pan de sus hijos.
Trabajaron incesantemente de sol a sol en la oquedad profunda y el silencio augusto de los campos y plasmaron en el crisol de las razas, una nueva y pujante, para cimentar una nación grande y poderosa.
De esta raza hecha a las privaciones y en olvido absoluto de la molicie y las diversiones nacieron los primeros pobladores de Montes de Oca.
En franca lucha con la naturaleza, los medios hostiles, las enfermedades, salieron airosos y como los guerreros de las antiguas cruzadas, lanza en ristre, ellos empuñaban cada día con renovados bríos el arado para surcar las entrañas de las tierras que se mostraba reacia en sus primeras claudicaciones."

La imagen que adorna este espacio es la digitalización de la tapa del periódico, en la que se observa un linoleum de Carlos L. Ferro.

Nuestro percorso cuneese


Muchos años antes de conocernos, ya veníamos cruzando caminos con mi marido. El más obvio: debo haber pasado cientos de veces por la puerta de su casa camino a la Facultad.
Por su parte, él debe haber transitado a dos cuadras de mi casa, varias veces, de visita a sus tíos de Florencio Varela.
Pero hay más: su 25 por ciento italiano, procedente de Cuneo, puede haber saludado perfectamente, más de una vez, da un valle al'altra a mi 37,5 por ciento cuneese (sobre mi cien por ciento italiano).
En efecto, mientras mis Giuliano, mis Marconetto, mis Castagno y presumiblemente, mis Palmero para las primeras décadas del siglo XIX circulaban todos por la zona de Barge, sus Giavelli vivían en la localidad de Ferriere, en la Comuna de Argentera.
Mientras Barge está situada en el Valle Infernotto, justo en el punto de encuentro entre los torrentes Chiappera e Infernotto (que originan el Ghiandone), Ferriere, rodeada de pinos y alerces, está en Val Stura.
Me pregunto: ¿nuestros antepasados se habrán conocido? ¿Puede que seamos un poco parientes?

Danza con Osos


Anoche me dormí pensando cómo puede ser que, cien años después, de la vida de una persona sólo quede, como resumen, tres o cuatro anécdotas. Como si se tratara de una mancha rebelde, que, con el tiempo, se ha ido desvaneciendo, excepto en algunos puntos que se resisten a ser borrados.
Gerónimo Vaieretti llega hasta nosotros de la mano de un oso. Esta es quizá la anécdota más fuerte de su vida en Italia, la más parecida a los cuentos que uno le relata a los niños antes de irse a dormir. Quizá es así como la historia sobrevivió.
El caso es que Gerónimo se encontró una vez cara a cara con un urs. El encuentro fue difícil, porque se produjo mientras el transitaba por un sendero en la montaña: de un lado la ladera y del otro, el precipicio. El oso lo encaró, enojado y Gerónimo logró ahuyentarlo con un fuego que armó gracias a lo que llevaba para encender el cigarro.
Esta es una de las pistas que, años después, tendríamos para ubicar el lugar de procedencia de Gerónimo en Lombardía, junto a aquélla otra de la polenta taragna y un par de detalles menores más, sobre los que quizás volvamos en otro momento.
Con el dato de los osos en vista, comenzamos a navegar en internet buscando dónde, hacia fin del siglo XIX, era habitual que los osos transitaran y se toparan con la gente por esos pagos.
Para entonces, no teníamos idea de la fecha en que Gerónimo había llegado a Argentina. Sólo sabíamos su fecha aproximada de nacimiento y que, para 1906, ya estaba casado con Domenica Palmero viuda de Vaieretti.
Es así cómo, allá por el 2000, yo me topé con los osos de los Alpes, descubriendo, con tristeza, que ya no había más osos: el último había sido muerto cerca de Valdisotto, a unos 50 kilómetros de la que, luego, descubriríamos era la comuna de origen de Gerónimo: Ponte in Valtellina.
No es que con este dato hayamos dado con Ponte, pero nos estábamos acercando un poquito más. Luego, la intervención divina nos permitió descubrir el dato.
Hoy, volviendo a la historia, con alegría leemos que se están realizando avistamientos de osos: el urs ha regresado a los Alpes.
Pensamos que habrá oportunidad, entonces, para que otros puedan narrarle a sus hijos, y sus hijos a sus hijos, que una vez alguien en la familia se topó con un oso y logró vivir para contar la historia. Y así ser recordados.

El Caballero Bugoni Costa


Mi abuelo Bugoni era todo un personaje, en el sentido más literario que pueda darse al término. Alto, delgado, de buen porte y buen vivir, aún en sus años mayores era todo un caballero.
A diferencia del mío, su mentón estaba siempre apuntando al horizonte, como nos indican en yoga, cuando adoptamos la pose del guerrero: un cierto dejo de altanería, leve, pero marcado.
Quizá sea por eso que la primera vez que me topé con la imagen de un húsar, pensé en mi abuelo.
Las pocas veces que Virginio Alberto Mario  Bugoni Costa hablaba de sus orígenes, lo hacía refiriéndose a las raíces lombardas de los Bugoni y a la preponderancia del apellido Costa, del lado de su familia materna.
Adelina Costa, mi bisabuela, fue hija de Pietro Costa y de Aloisia Bazzari.
No sabemos mucho más de ellos.
Sí sabemos ahora el porqué de estas afirmaciones de mi abuelo. Al parecer, los Costa fueron una de las familias más renombradas de Piacenza, entre los siglos XVII y XVIII.
De origen genovés, los Costa eran expertos comerciantes textiles y banqueros. Prueba de su relevancia es que antes de 1688, la familia poseía el conocido actualmente como Palazzo Costa, ubicado en Via Roma Número 80, en Piacenza.
El palacio, una de las casas más lujosas Piacenza en el siglo XVIII, fue encargado por el Conde Giuseppe Costa y fue construido uniendo partes de un complejo que en su momento habría integrado el castillo medieval de Unciola.
En el siglo XIII este complejo tenía la función de dar cobijo a los peregrinos que viajaban por el camino de Bolonia o de Módena, en su tránsito a Roma o para visitar los lugares santos. Ese castillo, dedicado a San Giacomo y a San Felipe, siglos después sería propiedad de Guastavillani, de los Osos, de los Volta y de los Costa.

Giuseppe Costa y su esposa la Condesa Anna Bianchi de Costa (hija del Conde Angelo Bianchi) son recordados aún hoy como grandes mecenas musicológicos que, entre otros, habrían auspiciado a artistas como Paganini.

Con la muerte del Conde Pier Giacomo Costa, hijo de Giuseppe y de Anna, el Palacio Costa pasó a Pedro Ceresa, hijo adoptivo de Giacomo.

Pensamos: no habremos avanzado mucho en nuestra ricerca genealógica, pero realmente estamos aprendiendo algo de historia italiana y, sin lugar a dudas, a leer el idioma.

Algo más sobre el apellido Bugoni


En Calcinate (Carcinato, Calcinato de Brescia), en la Provincia de Bergamo, Lombardía, encontramos un castello (castra) "...circondato da mura, da torri e da un fosso, e comprendente una cappella dedicata a S.Maria e ai SS.Vittore e Gregorio...". En 973 este Castillo fue objeto de una venta realizada por Bugone y su esposa Adelchinda, "...per il prezzo di quaranta lire d'oro e d'argento... " (Storia di Bergamo e dei Bergamaschi de Bortolo Belotti, pag. 245)

Quién era este Bugone?

Hace unos años encontré en internet un sitio dedicado a apellidos italianos, su significado y origen. Como era de esperarse, Bugoni no figuraba en la lista de los favorecidos con una explicación. En su momento envié un correo al sitio, preguntando, sin demasiada esperanza, si alguien tenía noticia o conocimiento respecto del origen del apellido Bugoni.
Al tiempo, el apellido apareció en la lista.
"Attualmente circoscritto al piacentino, zona di Nibbiano e Pianello Val Tidone (PC), dovrebbe derivare dal nome medioevale Bugo (Bugo filius quondam Arioaldi de loco Belusco anno 962) e Bugone di cui abbiamo un esempio nel Codice Diplomatico della Lombardia Medioevale nell'anno 1030 a Bergamo: "...Primo campo dicitur Mururano; coeret ei a mane Vualpertii, a meridie Bugoni et Algisi germanis, et est campo ipso per iustam mensuram perticas iugiales sex et tabulas quattuor"

También al tiempo caímos en la cuenta de que ese Bugo filius quondam Arioaldi, era la misma persona que aparecía en la Storia di Bergamo de Bertolo Belotti y la misma persona que era mencionada en Memorie della citta e Chiesa istoriche Bergamo por Giuseppe Ronchetti, dónde el autor refiere a aquélla venta, diciendto "...questa vendita vien fatta da Bugone figlio de Arialdo de la terra de Belusco, e de Adelchinda sua moglie figliuola di Sigifredo, trovandosi presenti il Conte di Bergamo Adalberto Zio della sudetta, ed Audaldo, e Rodolfo, figli dello stesso Conte…"(p. 68).
Adelchinda (Alchinda) nobildonna longobarda, era hija de Sigifredo (Sigeso) II y Baratina y sobrina de Adalberto Atto de Canossa, hijo de Sigifredo de Lucca.
A Adalberto se le atribuye haber construido la red de fortificaciones sobre las colinas emilianas al tiempo que procuraba fortalecer su poder a través de alianzas familiares con los señores locales.
Arioald o Aroaldo de Belusco, el padre de Bugone, resulta ser el personaje más antiguo de esta familia de Belusco: potente signor y feudatario de Bellusco, longobardo, vasallo del Emperador, aparentemente prefería pasar la mayor parte del año en Bergamo ... También sabemos que, además de Bugone, este Arioald tenía otro hijo, de nombre Olderico, que terminó siendo Obispo de Bergamo en 954. Olderico tenía gran influencia sobre Adelaida de Borgogna, esposa del Emperador y estuvo presente en la coronación de Otton II (en la imagen).
De Bugone no sabemos mucho más: mientras su hermano fue Obispo, residió en Bergamo. A la muerte de Olderico Bugone regresa a Bellusco, donde muere.
Esta es una historia de familia de la que nos enteramos, tratando de descubrir algo más sobre la historia de la propia.

La Marconetto


La de los Marconetto ha sido una rama difícil de investigar en nuestro árbol. No es que Marconetto sea un apellido difícil (como los de las ramas Vaieretti o Bugoni), o demasiado común (como el de los Giuliano). O imposible (como el de la abuela Fertilani, que si no tuviéramos la partida de nacimiento, creeríamos que está equivocado).
Pero el avance ha sido lento.
Para comenzar, ha sido el apellido de una mujer: en los árboles genealógicos las mujeres tienden a perder su identidad y con ella, el víncula con la familia de origen. Es como si fueran absorbidas por la familia del esposo.
Si comparamos la situación de la Marconetto (esta Señora que vemos en la foto, sentada, rodeada de sus hijos y de sus nietos) con la de de mi tatarabuela Caterina (de la que sólo teníamos la "B" de su apellido de soltera y que con el tiempo terminamos descubriendo que era Bosio) o con la de la primera esposa de mi bisabuelo Bautista Giuliano (de la cual aún no tenemos certeza del nombre), ciertamente ella ha corrido con ventaja. Sabíamos su nombre (María), cómo le decían (Marigna) su apellido de soltera (Marconetto) y, por si fuera poco, que era vedova de un Marchisio. Hasta teníamos su fecha de nacimiento (conforme está registrado en el Panteón de Montes de Oca).
En poco tiempo descubrimos su lugar de nacimiento (Barge) y el nombre del padre y de la madre. Nada mal para empezar, no?
Sin embargo, tuvieron que transcurrir más de diez años de ricerca y casi ochenta años de vida familiar para que resurgieran del olvido genealógico los hermanos que habría tenido esta Marconetto: Giuseppe y Domenico, también hijos de Chiaffredo Marconetto y Anna Castagno de Barge.

Como en otras ocasiones, vuelvo a estar agradecida con estos ayudadores que han salido a nuestro rescate a lo largo del tiempo. En el caso, Marco Marconetto, que si bien parece no ser pariente directo, es como un faro para los Marconetto y Marconetti que navegamos desorientados buscando nuestras raíces en Barge.
Es él el que ha permitido que María Marconetto recuperara sus hermanos y que nosotros supiéramos algo más de su vida.
Otro día les cuento algo de estos Marconetto y su historia en Argentina.

Los Giuliano detto Buneva, massari de Saluzzo


Según parece, los Giuliano de Saluzzo venían siendo massaros desde, al menos, comienzos del siglo XVII.
Así surge de la consegna del sale en las que encontramos al primero de los Gio Battista Giuliano del que tenemos noticia, hijo de Chiaffredo, viviendo con su familia en la Cascina Parpaglia (1721).
Transcurren los años y las generaciones. La descendencia de estos Giuliano detto Boneva aparecen en distintas propiedades: en 1742, Tomasso Giuliano, hijo de Gio Battista, en San Antonio, del Signor Sibilla; otra rama de Giuliano detto Boneva en Casa Aliberti.
En 1755, Sebastiano Giuliano, hijo de Tommaso, en Casa Annalis; en 1761, otra rama de los Giuliano detto Boneva en Casa Pignatta.
En 1762, el mismo Sebastiano Giuliano en Casa Merlino y otra rama en Casa Propano.
En 1766 Sebastiano y su familia aparecen en Casa en San Antonio. En 1767, en la zona de vigne otra rama, en Casa Solaro y otra rama en Casa Sibilla.
Hacia 1770, Michelle Giuliano en la Casa del Capitolato di Torino detta La Fornace, propiedad del Seminario. Otros, en Casa de Gioanni Rosso y otros aún en Propano.
Llegamos al 1789, donde encontramos a Michel Antonio Giuliano, hijo de Sebastiano, y a sus hermanos (entre los cuales está nuestro ancestro, Chiaffredo, aquél que fallece en Barge en 1838) como massaros en lo del Señor Conde de Benevello.
Ser massaro era todo un trabajo en aquéllos días.
Leemos: "Il massaro è la figura più importante della masseria. Poteva essere affittuario, quindi pagare un canone d’affitto al proprietario, oppure solo responsabile della conduzione della masseria per conto del padrone; in entrambi i casi, il massaro è la figura attorno alla quale è polarizzata tutta la vita organizzativa, produttiva e sociale. Era lui ad assegnare i compiti e impartire gli ordini, sempre lui che, secondo regole e tempi stabiliti e come forma di remunerazione, distribuiva parte di ciò che la masseria aveva prodotto ai capifamiglia residenti. A queste distribuzioni regolari si aggiungevano quelle eccezionali delle festività quali Natale, Pasqua, quando si dava anche un po’ di carne di agnello, e la festa del santo patrono. Dal suo carattere, dalla sua capacità di condividere e capire la durezza della fatica, dal tono con cui impartiva gli ordini, dal modo in cui stabiliva i rapporti con gli altri,dipendevano una vita tollerabile o sentirsi gli ultimi della terra".

Hay en este sitio una descripción interesante de las condiciones de vida de los trabajadores forastieri en estas masserías, en el que se relatan jornadas de trabajo muy extensas, combinadas con mala alimentación y mal descanso. Estos trabajadores dormían en nichos excavados o construidos en los graneros, en los que se tendía un saco de paja sobre el que el trabajador dormía vestido.
Comentando esto con mi madre, vinieron a su memoria idénticos nichos, construidos en los galpones de la vieja chacra de los Giuliano en Colonia Caracciolo... nunca se supo que nadie durmiera ahí. Sólo servían para guardar herramientas y enseres del campo.
Pero el hecho me impactó: cien años después, pasadas al menos tres generaciones y ya en otro continente, los galpones de nuestra chacra recreaban las condiciones de vida y de trabajo en una Italia que había dejado de ser. Al menos, para estos Buneva de los cuales desciendo.
Agradecemos a Ghironda la imagen que acompaña nuestro texto.

El Cementerio de Staffarda


En las actas parroquiales correspondientes a los fallecimientos de los que habrían sido abuelo y padre de Chiaffredo Giuliano (mi tataraabuelo) figura que ambos fallecieron en Barge y que fueron sepultados en el Cementerio de Staffarda.
No he encontrado en internet ninguna referencia a este Cementerio, excepto la que figura en unos documentos de planificación territorial de Revello.
Gracias a esta búsqueda he dado con la Abadía de Staffarda. Al parecer, mis ancestros Giuliano fueron sepultados en el Cementerio cercano a este complejo.
La Abadía de Santa María de Staffarda dista unos 10 kilómetros de Saluzzo y a unos 11de Barge. Se supone fue fundada a comienzos del siglo XII, a partir de una donación efectuada por el Marquez Manfredo I del Vasto, Signore de Saluzzo, a los monjes cistercenses de Tiglieto (Liguria). Hay quienes afirman que fue obra de San Bernardo y fijan la fecha de su creación el 25 de julio de 1135. En todo caso, los monjes construyeron una pequeña ciudad de gran autonomía, floreciente centro agrícola que abarcaba la iglesia, el claustro, el refectorio, el edifico de los convertidos, la hospedería, el mercado cubierto, las granjas y el campo santo.
En 1750 el Papa Benedicto XIV la confirió a la Orden de los Maurizianos de Torino y en 1804 fue instituida como Parroquia.
El complejo es señalado como uno de los pocos exponentes que quedan del período de transición del románico al gótico en Italia.