Nuestro post anterior ha suscitado algunos comentarios que nos han hecho pensar en la conveniencia de compartir algo que habíamos escrito hace un tiemp atrás. Quizá nos facilite poner en contexto qué queremos decir cuando hablamos de que los egipcios bien pueden haber andado por Piemonte fundando ciudades hacia el 1.500 AC.
También, puede servir para explicar la presencia de los menhires que hay diseminados por la región y algún otro par de cosas que a algún lector que guste del tema puede llegar a relacionar desde su propio y muy bien atinado, saber y entender. :)))
Salvando las distancias mitológicas: Helios, el Padre Phaeton, es, para los egipcios Ra. Ra fue padre de Geb (La Tierra) y de Nut (El Cielo). Nut y GeB fueron padres, a su vez, de Isis y Osiris.
Cruzando la genealogía egipcia con la griega, esto hace que Phaeton fuera algo así como sobrino de Isis y de Osiris.
Habremos escuchado de Osiris: de entre los dioses egipcios, lejos, el más popular. Dios de los muertos y de la resurrección; predecesor de los Reyes. Símbolo de la fertilidad y de la regeneración de la naturaleza.
Pero… alguien escuchó hablar alguna vez del dios Andjeti?
Andjeti significa “el de Andjet”.
Ya en los tiempos predinásticos, los nomos de la zona del Delta del Nilo aparecen agrupados en Confederaciones: la más antigua en occidente, con centro en Sais y la otra al oriente, con centro en Djedu (actual Abusir) y, por ese entonces, capital de Andjet.
Andjet era la región comprendida por el nomo IX del Bajo Egipto. Su nombre significa “lugar del djed”, “lugar del pilar”.
Entre el 8000 y el 5000 AC, en todo Egipto hay un continuo desplazamiento de gente: son pueblos procedentes de Asia, del centro de África y del Occidente…
Algunos historiadores señalan que varios de estos grupos eran originarios de los desiertos orientales. En su avance se habrían ido estableciendo en la zona este del Delta del Nilo, trayendo con ellos sus creencias, en especial, las entorno a los djeds y a los no demasiado claramente explicados aún, festivales agrícolas de izamiento de los pilares.
Desde antiguo, los egipcios habían identificado a estos grupos nómades del Este, llamándolos jwntjw, (iwntyw, iuntyu, intiu): “la gente de los pilares”, expresión que aparece ya en la Piedra de Palermo y en las tabletas de Abydos. En una inscripción hallada en Wadi Maghara se la observa junto a una escena en que Khufu (Kheops), de la dinastía IV, enfrenta al enemigo. En la inscripción se lee: “matando a los jwntjw”.
Es probable que, antes de ser divinizado, Andjeti, “el protector” haya sido un gobernante prehistórico de Djedu. De hecho, en los “Textos de las Pirámides” se lo nombra como “el que preside sobre los que están en el distrito Este”.
Claramente asociado a la agricultura, Andjeti-dios fue representado como hombre coronado con el henu (ese tocado de cuernos horizontales de carnero, terminado con dos plumas de avestruz), portando el heka (cayado) y el nejej (flagelo), estando asociado desde épocas remotas con el djed, como representación de la energía, de la regeneración, de la estabilidad.
El caso es que hacia finales del período antiguo, Andjeti terminó siendo absorbido por Osiris. Algunos historiadores especulan que este cambio fue producto del alzamiento, en el Bajo Egipto, de una clase social vinculada al comercio y a la navegación, alzamiento que terminó desplazando a la aristocracia terrateniente más antigua… Lo cierto es que, finalizado este proceso, el culto a Andjeti se transformó en culto a Osiris y éste se apropió de las insignias y de los símbolos del antiguo dios (el tocado, el callado, el flagelo), incluido el djed, que pasó a representar la columna vertebral de Osiris y se constituyó en símbolo de su constante renacimiento.
A partir de ese momento Djedu fue llamada Per Usir neb Kjed (Casa de Osiris, Señor del Djed).
Será recién en los últimos años del primer período intermedio (2000 AC), con su identificación con el Dios funerario Kenthiamentiu (Señor del Occidente) y con el aumento del poder de la Dinastía XI de Tebas, que el culto de Osiris se extenderá por todo Egipto.
Per Usir pasará entonces a ser considerada como la ciudad que albergaba los restos mortales de Osiris y conocida por la necrópolis cercana -Taposiris Magna- que se supone erigida alrededor del 300 AC, por Philadelphus II durante la dinastía de los Tolomeos.
Es en este Templo que el egiptólogo Zahi Hawass cree que se encuentra la tumba de Cleopatra.
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