El Caballero Bugoni Costa


Mi abuelo Bugoni era todo un personaje, en el sentido más literario que pueda darse al término. Alto, delgado, de buen porte y buen vivir, aún en sus años mayores era todo un caballero.
A diferencia del mío, su mentón estaba siempre apuntando al horizonte, como nos indican en yoga, cuando adoptamos la pose del guerrero: un cierto dejo de altanería, leve, pero marcado.
Quizá sea por eso que la primera vez que me topé con la imagen de un húsar, pensé en mi abuelo.
Las pocas veces que Virginio Alberto Mario  Bugoni Costa hablaba de sus orígenes, lo hacía refiriéndose a las raíces lombardas de los Bugoni y a la preponderancia del apellido Costa, del lado de su familia materna.
Adelina Costa, mi bisabuela, fue hija de Pietro Costa y de Aloisia Bazzari.
No sabemos mucho más de ellos.
Sí sabemos ahora el porqué de estas afirmaciones de mi abuelo. Al parecer, los Costa fueron una de las familias más renombradas de Piacenza, entre los siglos XVII y XVIII.
De origen genovés, los Costa eran expertos comerciantes textiles y banqueros. Prueba de su relevancia es que antes de 1688, la familia poseía el conocido actualmente como Palazzo Costa, ubicado en Via Roma Número 80, en Piacenza.
El palacio, una de las casas más lujosas Piacenza en el siglo XVIII, fue encargado por el Conde Giuseppe Costa y fue construido uniendo partes de un complejo que en su momento habría integrado el castillo medieval de Unciola.
En el siglo XIII este complejo tenía la función de dar cobijo a los peregrinos que viajaban por el camino de Bolonia o de Módena, en su tránsito a Roma o para visitar los lugares santos. Ese castillo, dedicado a San Giacomo y a San Felipe, siglos después sería propiedad de Guastavillani, de los Osos, de los Volta y de los Costa.

Giuseppe Costa y su esposa la Condesa Anna Bianchi de Costa (hija del Conde Angelo Bianchi) son recordados aún hoy como grandes mecenas musicológicos que, entre otros, habrían auspiciado a artistas como Paganini.

Con la muerte del Conde Pier Giacomo Costa, hijo de Giuseppe y de Anna, el Palacio Costa pasó a Pedro Ceresa, hijo adoptivo de Giacomo.

Pensamos: no habremos avanzado mucho en nuestra ricerca genealógica, pero realmente estamos aprendiendo algo de historia italiana y, sin lugar a dudas, a leer el idioma.

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