Danza con Osos


Anoche me dormí pensando cómo puede ser que, cien años después, de la vida de una persona sólo quede, como resumen, tres o cuatro anécdotas. Como si se tratara de una mancha rebelde, que, con el tiempo, se ha ido desvaneciendo, excepto en algunos puntos que se resisten a ser borrados.
Gerónimo Vaieretti llega hasta nosotros de la mano de un oso. Esta es quizá la anécdota más fuerte de su vida en Italia, la más parecida a los cuentos que uno le relata a los niños antes de irse a dormir. Quizá es así como la historia sobrevivió.
El caso es que Gerónimo se encontró una vez cara a cara con un urs. El encuentro fue difícil, porque se produjo mientras el transitaba por un sendero en la montaña: de un lado la ladera y del otro, el precipicio. El oso lo encaró, enojado y Gerónimo logró ahuyentarlo con un fuego que armó gracias a lo que llevaba para encender el cigarro.
Esta es una de las pistas que, años después, tendríamos para ubicar el lugar de procedencia de Gerónimo en Lombardía, junto a aquélla otra de la polenta taragna y un par de detalles menores más, sobre los que quizás volvamos en otro momento.
Con el dato de los osos en vista, comenzamos a navegar en internet buscando dónde, hacia fin del siglo XIX, era habitual que los osos transitaran y se toparan con la gente por esos pagos.
Para entonces, no teníamos idea de la fecha en que Gerónimo había llegado a Argentina. Sólo sabíamos su fecha aproximada de nacimiento y que, para 1906, ya estaba casado con Domenica Palmero viuda de Vaieretti.
Es así cómo, allá por el 2000, yo me topé con los osos de los Alpes, descubriendo, con tristeza, que ya no había más osos: el último había sido muerto cerca de Valdisotto, a unos 50 kilómetros de la que, luego, descubriríamos era la comuna de origen de Gerónimo: Ponte in Valtellina.
No es que con este dato hayamos dado con Ponte, pero nos estábamos acercando un poquito más. Luego, la intervención divina nos permitió descubrir el dato.
Hoy, volviendo a la historia, con alegría leemos que se están realizando avistamientos de osos: el urs ha regresado a los Alpes.
Pensamos que habrá oportunidad, entonces, para que otros puedan narrarle a sus hijos, y sus hijos a sus hijos, que una vez alguien en la familia se topó con un oso y logró vivir para contar la historia. Y así ser recordados.

1 comentario:

  1. hola
    mi abuelo nacio en Cavour en 1887 y vivio alli hasta 1907 cuando emigro a La Pampa.
    Contaba que en cavour solia aparecer un trashumante con un oso a la cadena y le hacia hacer piruetas en la plaza del pueblo para juntar algunas monedas.
    Radicado en Santa Rosa, La pampa mi abuelo junto a otros paisanos del mismo origen Cavourese, solian disfrazarlo a mi abuelo Giovanni Depetris, de oso y atado a la cadena lo pasean por el corso, cauysando gran hilaridad entre los criollos pampeanos que no conocian ese animal nada mas que por referencias

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