Seguimos con la recuperación de la memoria: Bernardo de Bustinza

Hoy recibí un correo de alguien que me cuenta está trabajando en la reconstrucción de la vida y de la obra de Erik Gornik. Fue muy grato. Uno supone que hay otras personas que transitan caminos semejantes, pero de vez en cuando es bueno tener alguna confirmación :). Como que da fuerza.
Continuando entonces con personas importantes en la vida de nuestras familias, este post está dedicado a agregar algunas líneas sobre una que ha sido muy especial en la vida de mi madre: Bernardo de Bustinza.
Es con él que Nelly Giuliano se convirtió en Mara Marbe: hacia 1952 una audición  en LT8 de Rosario, le deja abiertas las puertas a la actuación en radioteatro. Es así como transcurren para Nelly, hermosos años en los que integra la Compañía de Bustinza en su calidad de damita joven.

Mamá recuerda a Bernardo Nusholtz (éste era su apellido verdadero o al menos así se pronunciaba; de Bustinza era su nombre artístico, inspirado en el lugar de su nacimiento en Santa Fé) como un hombre de gran capacidad y talento, no suficientemente reconocido por sus contemporáneos.
Mayoritariamente escritas por Juan Carlos Chiappe, sus obras -luego escenifcadas en Rosario y llevadas al interior en gira, gracias a esta compañía trashumante que portaba arte allí dónde era tan o más anhelado que el agua potable-, eran de calidad equivalente a cualquiera de las que en Buenos Aires se estrenaban prácticamente al unísono.
Pero las puertas de Buenos Aires no se abrieron para de Bustinza. Quizá, con los corazones que se abrieron a su obra y a su persona (porque logró tocarlos con su arte), sea más que suficiente.

Me sonrío leyendo
"Albina, cocinera oficial de nuestra casa y santa patrona de nuestros estómagos y digestiones, era huraña y malhumorada, pero extraordinariamente simpática cuando le funcionaban bien sus hormonas. Manteníamos con ella una pacífica relación de amor-odio que solo se veía alterada cuando Albina escuchaba a Bernardo de Bustinza. Este personaje lograba crear una burbuja ajena a todo lo que habitualmente ocurría en la casa. No nos visitaba físicamente, pero su voz inundaba la cocina, donde solíamos reunirnos para escucharlo. Albina se encandilaba con las radionovelas de Bernardo de Bustinza y nos imponía un silencio religioso. Transgredir las normas de la santa patrona de la cocina podía provocar el exilio inmediato, y sin miramientos, del transgresor. Nunca hubo necesidad de que Albina ejerciera sus despóticos derechos sobre el territorio que gobernaba pues Bernardo nos cautivaba a todos..."
Yo creo que los corazones que se abren son siempre bienvenidos. Pero no hubiera estado de más -ni menos lo estaría- un mayor reconocimiento público. Pienso: todos los recuerdos de la vida y de la obra de este gran hombre y artista son traídos de la mano por personas de a de pié, como usted, como yo. Provienen de la memoria (individual o familiar) de aquéllos que recuerdan a Bernardo de Bustinza con ternura, por el momento mágico que les hizo vivir, hace ya tantos años.
Ojalá entre todos podamos reconstruir parte de su tránsito. Se lo merece. Como el radioteatro, al que muchos han definido como uno de los grandes 'inventos argentinos'.

2 comentarios:

  1. Creo haberlo conocido en Santa Fe capital, en el año 1975/76 cuando trabajaba en la esquina de Candido Pujato y 25 de mayo.- Creo que si se trata de esta persona, tuvo comentarios sobre su actuación en la radioteatro. Puede ser? Yo estudiaba en la facultad de abogacía de aquella ciudad.-

    ResponderEliminar
  2. Creo haberlo conocido en la ciudad de Santa Fe, por los años 1975/76 cuando trabajaba en calle Candido Pujato esquina 25 de mayo. Hablaba de radioteatro, dándole un enfasis a sus recuerdos. Puede ser él? Luego me enteré que había fallecido.

    ResponderEliminar